Desarrollo sostenible: un desafío para las pequeñas empresas
Si crees que el desarrollo sostenible es una preocupación exclusiva de las grandes empresas, llegó la hora de revisar tus conceptos.
Estas prácticas merecen de toda la atención por parte de quien está en el inicio de la vida empresarial. Ya que garantizará la supervivencia en el mediano y largo plazo.
¿Cómo valorar la sostenibilidad cuando hay pocos recursos?
Para aclarar este dilema y explicar la importancia del tema, conversamos con Juan Andrés Cano, CEO de Value4Chain, empresa especializada en soluciones sostenibles. Así que continúa con la lectura y descubre lo qué debes hacer.
Es preciso estimular el desarrollo sostenible
Aunque la convicción ética sobre la importancia de la sostenibilidad es el primer paso para practicar una gestión amiga del medioambiente y de los recursos naturales, Cano argumenta que esto no es suficiente para estimular a los empresarios.
“El gran problema de las empresas pequeñas es que su realidad económica les impide pensar a largo plazo y por lo tanto, priorizan aquellas inversiones que mejoran su situación económica en el corto plazo”, apunta Cano. ‘Además, siempre es fácil ver el retorno de la inversión en sostenibilidad’, agrega.
Por ese motivo, el especialista advierte que es necesario crear estímulos coherentes con la realidad de los pequeños negocios. Para él, las principales responsables en este caso deben ser las grandes empresas, las instituciones financieras y los inversores.
Las grandes empresas deberían basar sus alianzas en criterios de sostenibilidad, priorizando las pequeñas compañías cuyo modelo de gestión es aliñado con el medioambiente. De acuerdo con Cano, cuando el desarrollo sostenible es una condición para vender más, se pueden esperar buenos resultados.
Desde el punto de vista de las instituciones financieras, el especialista argumenta que las tasas de intereses deberían ser reducidas para las empresas preocupadas por la sostenibilidad. Lo mismo para los inversores, que, según Cano, deberían presionar a las empresas, exigiendo acciones sostenibles.
Aunque puedan parecer utópicas para una comunidad empresarial que pone el lucro por encima de todas las cosas, estas medidas son parte de la solución cuando el asunto es priorizar el medioambiente.
El desarrollo sostenible tiene ventajas
No es necesario que las instituciones financieras concedan beneficios para que el pequeño empresario saque provecho de las acciones sostenibles. Entre las principales ventajas que tienen aquellos que se dedican al desarrollo sostenible, es posible citar:
Supervivencia
“La sostenibilidad habla primero de la permanencia en el tiempo. Hoy un negocio que no piense en sus impactos sociales y ambientales, corre un riesgo muy grande de desaparecer, pues cada vez más el mercado, en forma de grandes compradores, consumidores o inversionistas, castiga las malas prácticas”, argumenta Cano.
Imagen
Al invertir en medidas sostenibles, valorar el medioambiente y a la comunidad en el día a día, es probable que la imagen de la compañía gane más confianza por parte de los consumidores y del mercado en general.
Economía
Generar recursos de forma sostenible tiene ventajas económicas para la empresa. ‘La gestión adecuada de los recursos naturales también es una ventaja, pues son la base del ciclo económico. Por ejemplo, gestionar adecuadamente el agua, además de ser bueno para el medioambiente, puede generar ahorro en la operación’, resalta.
Ventaja competitiva
Finalmente, cabe recordar que el desarrollo sostenible es una ventaja competitiva para tu empresa. “Marcas como Natura o Patagonia, demuestran que el consumidor apoya negocios que aportan a mejorar las condiciones. Si tiene un pequeño negocio quizá esa sea su ventaja competitiva” evalúa Cano.
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