Claves para emprender con éxito en Argentina
Si tenés la mentalidad emprendedora, siempre vas a estar buscando maneras de activar (o hacer crecer) el desarrollo de tu empresa. Y para ello es fundamental contar con un plan de crecimiento empresarial.
A pesar de que es algo fundamental, el trabajo duro y la voluntad ya no son suficientes para hacerte con un hueco en el entramado empresarial. Se requiere (casi de manera más esencial) un análisis previo de la situación, el mercado, la viabilidad de los objetivos y la ruta que querés (o que tenés) pensado seguir para logarlos.
¿Cuál es la mejor estrategia de emprendimiento para crecer?
Sea cual sea el mercado, hay 4 opciones destacadas de crecimiento: por desarrollo del propio mercado, por aumentar la penetración de nuestro producto, por el desarrollo de productos (nuevos o existentes) o por diversificación en la empresa.
- Desarrollo del mercado – Acá el foco es en encontrar nuevos mercados utilizando productos existentes. Llegando a un público diferente o cubriendo una necesidad diferente.
- Penetración en el mercado – No se cambia el mercado ni el producto, pero se aumentan las ventas de los que ya existen.
- Desarrollo de productos – Se busca introducir nuevos productos crear nuevas necesidades dentro de un mercado ya existente.
- Diversificación del negocio – Se trata de desarrollar nuevos productos para entrar en nuevos mercados.
8 puntos a la hora de emprender a tener en cuenta para el crecimiento empresarial
1. La plata
Podés tener una idea de éxito y un plan perfecto para ejecutarla. Pero si no tenés el capital para realizarla, todo se quedará en nada. Por tanto, el primer reto para hacer crecer una idea o una empresa es conseguir los recursos financieros. Y en este caso, la mayoría de emprendedores necesitan ayuda. Ten en cuenta que los inversores buscan “negocios que funcionen” o que “puedan funcionar”. Ideas alcanzables y un plan de negocio funcional. Y para vos, paciencia… mucha paciencia. No hay que olvidar que Argentina está dentro de los 10 países con más emprendedores del mundo, por debajo de China, Colombia, Perú, Tailandia y Venezuela”.
2. Los objetivos
Tan claras como las ideas tienen que ser las metas que se buscan. Y estas metas se han de definir con la ejecución. Es decir, plantear objetivos alcanzables para poder ejecutar un plan adecuado de la mejor manera posible. Si la idea está clara, los fracasos que pueda haber por el camino o las dificultades que se encuentren no serán impedimento para conseguir la meta. Es más centrarse en “lo que queremos que suceda” y cómo lo haremos, que lo que esté sucediendo en ese momento.
3. El plan
Además del plan de negocio inicial y los objetivos, es vital tener un plan para medio y largo plazo. Se necesita aprender con él y de él y ajustarlo para que ayude a tener una mejor visión del objetivo final. ¿Quiénes serán nuestros clientes? ¿Hay mucha competencia? ¿Qué tiene de innovador mi producto? Estos detalles, mejor cuanto más claros y más se puedan responder.
4. La ejecución
Se debe soñar siempre a lo grande, pero ser consciente de que no todo saldrá a la perfección o como planeado. Y a pesar de que las cosas puedan resultar diferentes, no hay que desilusionarse, sino convertirlo en un reto. Hacer que las cosas pasen. Ser fiel a los sentimientos y transformarlos en hechos concretos.
5. La diferenciación
Para que un producto tenga éxito, tiene que innovar. Ya sea en la manera de construirlo, ejecutarlo o en la necesidad que cumple. Y muchas veces este desafío no está en la idea, sino en la implementación. Cuando concibas un producto o cuando construyas tu idea piensa qué lo hace diferente o qué puede hacerlo distinto a los ya existentes. Si vas a ser uno más, entonces será más difícil el éxito.
6. Los socios
Rodearte de gente con ambición y que comparta tus ideas y objetivos es esencial en toda empresa. Sea un socio, un inversor o un cliente que busque crecer con tu negocio. Es fundamental respetar al socio, comprenderlo y solucionar los conflictos que puedan surgir de una manera rápida y eficiente. Porque no todo será perfecto, pero todo puede funcionar con buena comunicación y sinergia entre los que ayudan a desarrollar la idea.
7. El aprendizaje
Siempre existen posibilidades de fracasar. Al inicio, a mitad de camino o cerca del final. Sin embargo, esto no debe ser un obstáculo, sino un impulso para seguir. La clave del éxito, en este caso es “no rendirse” y aún más importante.. aprender de cada uno de los pequeños fracasos. Al final, ser emprendedor es enfrentarte a cosas que no conoces, cosas que saldrán mal… pero lo que nunca se puede perder es las ganas para enfrentar todos los problemas.
8. La trascendencia
Muchas veces estos siete puntos anteriores no son suficientes para garantizar el éxito. Por eso, un emprendedor, siempre debe dar más de lo que se exige. E incluso muchas veces, hasta más de lo que tiene. Pero siempre que, precisamente, tengas estos siete puntos claros, dar un extra por lograr el éxito no va a ser ningún impedimento.
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