Consejos para presentaciones a clientes o inversores

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Muchas veces, tener una idea, un plan de negocio o un plan de ventas no es suficiente para llevar una start-up al éxito. Las presentaciones son la clave. Por eso, la preparación a la hora de hacer un buen pitch y mostrar tu producto o idea ya sea a un cliente o para atraer a un inversor es esencial en este ámbito.

La presentación puede ser una simple y oportuna conversación en un ascensor o una exposición pública. La recomendación es que tengas preparado siempre un discurso rápido, resumido y objetivo, para cuando surja la posibilidad de presentar, tanto en un espacio corto de tiempo como si te puedes explayar detalladamente.

La efectividad de tu explicación será mayor cuanto más conozcas a tu público. Por eso, antes de ponerte a intentar convencer a inversores o clientes de tu idea, es muy importante analizar a quién te diriges y qué puede estar buscando. Para elaborar un discurso corto, empático, completo y convincente es necesario tener en cuenta varios aspectos que parten de dos bases fundamentales: debes conocer muy bien lo que estás vendiendo y también a quién lo vas a vender.

5 características básicas para analizar antes de las presentaciones

  1. ¿Para quién está dirigido el producto o servicio?
  2. ¿Qué necesidad satisface?
  3. ¿Cómo se llama y en qué categoría se encuentra?
  4. ¿Cuáles son los principales beneficios o los motivos de compra?
  5. ¿Qué lo diferencia de los posibles competidores?

Una vez respondidas estas preguntas, será necesario empezar con los siguientes pasos. Lo primero será verificar tus conocimientos sobre la oferta en sí. Para ello, es necesario que tengas presentes las funciones principales del producto. Mantén tus recursos actualizados (fotos, vídeos, testimonios de usuarios…) y expresa tus ideas de forma directa. Cuanto más tiempo te lleve explicar algo, menos efectiva será la técnica. 

También es importante cuidar la coherencia y mantener un discurso en el que se enaltezca los valores de la marca y evites contradecir alguno de sus principios. Y por último, prevé cómo puedes cerrar la presentación. Ya sea en un formato corto o largo, tendrás que tener en cuenta cómo está recibiendo la información tu público y tener preparado un cierre adecuado en el momento adecuado (o en el momento que se te acabe el tiempo).

6 consejos clave para preparar el pitch de ventas perfecto

Ahora que ya lo tienes todo claro, es hora de ponerse manos a la obra para escribir tu pitch (o crear la presentación). Para ello, esto es lo que debes tener en cuenta:

  1. Resume tus ideas. A través de las preguntas que te has ido haciendo previamente, procura responderlas de manera clara y concisa. Sintetiza todo de manera que puedas decirlo en el menor tiempo posible de una forma clara, educada y sin afanes.  
  2. Introduce preguntas para tu interlocutor. Busca datos de interés, casos reales o estadísticas que puedan estar relacionados con lo que vayas a presentar. Procura que puedan llamar la atención de tu público y formúlalos como preguntas.
  3. Conecta con tu público. Asocia el producto o servicio que presentas a problemas reales y procura conectar emocionalmente con tu cliente. Lo principal que necesitas es que entiendan por qué es necesaria esta compra/contratación y cómo les va a beneficiar.
  4. Ejemplos reales. Haz ver a tus clientes que otras personas han tenido esos problemas o necesidades y que tu producto o servicio es la mejor manera de solucionarlos. Si tienes testimonios que te respalden, mucho mejor.
  5. Ensáyalo. Tu pitch de ventas tiene que ser natural, agradable, con buen tono y no resultar forzado. Prácticalo cuantas veces sea necesario, pero no lo memorices como si fueras una máquina. Haz variaciones en tus ensayos, pruébalo, crea frases diferentes que lleguen al mismo lugar para que cuando lo presentes no parezca que estas recitando, sino conversando con tu audiencia.
  6. Siempre que puedas, mejóralo. No hay un pitch perfecto. Así que, tanto si te sale bien o mal, procura aprender de los errores que has cometido o qué le puede faltar a tu discurso. Al final, el ensayo y el error vale para que cada vez seas mejor presentando tu producto. Porque muchas veces, no sabes cuándo será el momento clave en el que tengas que realizar ese pitch (casi) perfecto. Y muchas veces la mejor manera de mejorar es aprender de ti mismo.
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