10 consejos fundamentales para el desarrollo de liderazgo
Si estás buscando promocionar en tu equipo de trabajo o desarrollar tus habilidades de liderazgo para futuras oportunidades laborales, lo primero que necesitas empezar a trabajar son tus propias capacidades. Y hacerlo de manera correcta y constante.
A diferencia de lo que se suele decir en el vocabulario popular, un líder no nace. Un líder se forma a lo largo de todo el tiempo y la experiencia. Es cierto que algunas personas parecen tener un carisma y una capacidad de mando de manera innata. Pero en la mayoría de casos, ese espíritu también es parte de su experiencia personal o laboral. Y para convertirte en un gran líder necesitas trabajar constantemente en tus habilidades de liderazgo.
Un líder se define como una persona que puede conducir a un grupo hacia la consecución de un objetivo o una meta. No pienses en ello solo como la persona “que tiene el mando”o “que ordena”. Lo esencial es quitar esa connotación para centrarse en cómo hacer que los que están a tu alrededor, según tus directrices, se pongan en marcha e influirles lo suficiente como para conseguir la meta deseada. Y para conseguirlo, necesitas una serie de cualidades que se pueden adquirir y desarrollar con la práctica. A continuación, te ofrecemos las 10 claves fundamentales para ello:
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Comunícate de manera eficiente
Procura mejorar tu dicción, en el aspecto más técnico. Y en el más psicológico, ten siempre claras tus expectativas y cómo conseguirlas. Si tú las tienes claras y lo comunicas de manera clara, sin cambios constantes, tus compañeros siempre las entenderán
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Sé consistente y apasionado
Debe haber congruencia entre lo que dices, haces y piensas. Es la base para generar confianza en tu ámbito de trabajo. Y por supuesto, si no te apasiona el negocio en el que estás, seguramente estás en el lugar equivocado. No puedes aprender cómo ser un buen líder en un trabajo que no te inspira a mejorar todos los días.
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Escucha al resto del equipo
Algunas veces, hablar no significa mejorar la situación o aportar. A veces es mejor no decir nada que decir cualquier cosa, solo por cumplir. A veces será bueno guardar silencio y escuchar a los demás. Entender a tus compañeros o posibles subordinados es esencial para saber qué puedes aportar u ofrecer si te conviertes en su líder. También te será útil escuchar las críticas o comentarios. Recuerda que se trata siempre de mejorar. Y esto es esencial para tu crecimiento personal.
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Desarrolla tu inteligencia emocional y valores
Siempre tienes que tener en mente ser íntegro, con valores y principios. Y mostrarte de esa manera. Procurando que el resto lo vea. No te cierres en lo que sientas. Desarrolla tu inteligencia emocional y procura tratar de entender siempre a los demás. A la hora de tomar decisiones, básate en conclusiones racionales y no en reacciones emocionales. Analiza tus sentimientos, clarifica tus ideas y después, ejecuta las decisiones que tomes.
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Mantente firme en tus decisiones
Cuando tengas que tomar decisiones, no dejes que se prolonguen en el tiempo. Y una vez la hayas analizado y decidido, no vuelvas sobre tus pasos. Si tienes claro que es el camino a seguir, sé firme con ello.
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Conoce tus fortalezas y debilidades
Para ser un buen líder, debes conocer tus propias limitaciones y saber potenciar aquello en lo que eres fuerte. Delegar las tareas que peor se te den y encargarte habitualmente de lo que de verdad te haga brillar.
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Acepta que no puedes tener el control de todo
No vas a poder controlar todos los factores que te rodeen a ti y a tu equipo. Aprende a lidiar con la incertidumbre y, sobre todo, confía en tus compañeros. Si crees que pueden hacer un buen trabajo, no interfieras en sus maneras de conseguirlo. Deja que cada persona tenga libertad para la toma de decisiones y que comentan (y subsanen) sus propios errores.
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Supera tus propios errores y aprende de ellos
No siempre vas a tomar la mejor decisión o la correcta. Todo el mundo se equivoca y tú también lo harás. Lo importante siempre es sacar conclusiones valiosas de estos errores para aprender la lección y mejorar en la siguiente ocasión. Esto también aplica las que puedan tomar tus compañeros. No siempre hace falta cometer tú mismo un error para aprender de él.
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Conviértete en un ejemplo a seguir
Tienes que convertirte en el jefe que a ti mismo te gustaría tener. Porque así, conseguirás que tus compañeros también deseen tenerte de jefe. No hay mejor ejemplo que tus propios actos.
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Disfruta de tu trabajo y del proceso de conseguirlo
No te obsesiones con convertirte en líder de la noche a la mañana. Disfruta de lo que haces cada día y del proceso que te lleve a ello. Sobre todo por los beneficios de desarrollo personal que conlleva. Ser un buen líder realmente es un proceso que nunca termina. Siempre podrás mejorar.
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