Inversión que paga: cómo desarrollar una tienda online

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Un estudio conducido en 2014 por la empresa americana eMarketer, especializada en encuestas en el área de comercio, medios y marketing digital, estimó un crecimiento en aquel año del 22% en las ventas del comercio electrónico en América Latina, en relación con el 2013. Son datos que comprueban que la inversión en desarrollo de una tienda virtual puede valer la pena.

Vender por Internet es extremadamente práctico y económico. Superada la inversión inicial para personalizar tu web y el sistema de ventas, se rompen las barreras geográficas y se abren las puertas para clientes de todo el mundo, que podrán acceder a tus productos las 24 horas del día.

Inversión en comercio electrónico

Una tienda virtual bien estructurada exige una web con sistema de comercio electrónico. Ese es el nombre con que se denomina a las plataformas y dispositivos virtuales de compra de productos. Dado que exige consignar datos personales e información de tarjetas de créditos para las transacciones, es fundamental que la herramienta respete todas las exigencias de seguridad.

Puedes pensar que desarrollar un sistema así es extremadamente costoso. Sin embargo, no necesita ser desarrollado desde cero. “Existen sistemas de código abierto (open source), que son gratuitos, como Magento, por ejemplo. Aunque decir gratuito es relativo, pues se gasta en horas de programación para que funcione de la manera correcta”, explica Mauricio Salvador, presidente de la Asociación Brasileña de Comercio Electrónico (ABComm). Según Salvador, la inversión que debes hacer para personalizar una plataforma de ventas para una tienda online varía según el caso. “Yo diría que un proyecto promedio de comercio electrónico cuesta entre R$ 15 y 30 mil”, estima.

Si esa cifra te parece elevada, piensa cuánto se gasta en estructurar un espacio físico y recuerda que no tendrás gastos de personal. Además, el alquiler será sólo de los servidores, infinitamente más barato que el de un inmueble.

Intermediarios: baja inversión

En el caso de que necesites para la tienda virtual algo más simple, sin funcionalidades como el carrito de compras, por ejemplo, puede que un intermediario de pagos online sea tu mejor opción. Son servicios que exigen una inversión casi nula en programación, ya que la página resuelve sólo con presionar un botón de compra. Por otro lado, se cobrará una comisión sobre cada transacción.

El más conocido servicio de esta clase es PayPal, una empresa innovadora que nació en Silicom Valley en 1998 y que hoy está presente en casi 200 países.

Boleto de depósito

Una manera aún más simple de recibir pagos online es emitiendo boletos en PDF o informando al cliente el número de cuenta corriente de la empresa para hacer un depósito. Cuando el pago se acredita el producto se despacha. El lado negativo de este sistema es que los usuarios no confían de la misma forma, ya que así operan la mayoría de las tiendas virtuales falsas.

Pero si tienes un producto exclusivo y original y no tienes certeza si vale la pena la inversión en un comercio electrónico, puede probar diferentes formas de pago. Así obtendrás al mismo tiempo una noción de la demanda que tu producto presenta en el mundo virtual y también del método más atrayente para el público-objetivo.

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